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viernes, 31 de mayo de 2013

¿Podrán coexistir las bibliotecas y los ebooks?



Son más que evidentes los cambios que la irrupción de lo digital está propiciando en múltiples ámbitos de la sociedad y el impacto que están teniendo en nuestras vidas, en nuestro modo de relacionarnos con los demás, de informarnos, de entretenernos, de producir y consumir objetos culturales y, muy en concreto, de escribir y de leer. Sin embargo, un reciente estudio de PEW indica que, a que a pesar de la pujanza de los libros digitales, el formato impreso sigue gozando de muy buena salud.

Bob Al-Greene comenta sobre este asunto en un artículo publicado en Mashable, y lo hace remitiendo a la infografía adjunta, elaborada por TeachingDegree.org, en la que a lo largo de cuatro epígrafes se presentan algunos de los datos del estudio que avalan esa conclusión. Debajo se traducen los contenidos.

Título: Las bibliotecas son para siempre. Los libros digitales e impresos pueden coexistir.

Los libros electrónicos están en alza

En 2012, uno de cada seis norteamericanos utiliza un lector de libros electrónicos.
Y es probable que otro de cada seis empiece a usarlos a lo largo del año siguiente.
Sólo en 2011, las ventas de ebooks creció ciento diecisiete puntos porcentuales.

Pero ¿los ibros electrónicos van a desbancar a los impresos?

Aunque una de cada diez personas que tiene un e-reader abandona completamente el papel, lo habitual es que la gente con e-readers simplemente lea más. Y tanto en formato electrónico como impreso. 

- Leen una media de veinticuatro libros al año, unos digitales y otros en papel,
- Frente a la media de quince que leen las personas que no tienen un dispositivo electrónico de lectura.
De hecho, un ochenta y ocho por ciento de aquellos que en el pasado año leyeron e-books, también leyeron obras en papel.

Según una encuesta realizada a personas propietarias de un e-reader, en un día dado:
- El cuarenta y nueve por ciento está leyendo un ebook.
- Un cincuenta y nueve por ciento un libro impreso.

Con los lectores más jóvenes, sigue imponiéndose aún el libro impreso.

Sólo un nueve por ciento de las personas opina que los libros digitales son mejores para leer con niños. El resto prefiere los libros impresos.
Esto parece bueno, porque cuando se trata de aprender, los libros impresos tal vez sean más fáciles de leer. La velocidad media de lectura en papel supera a la que se alcanza con un iPad o con un Kindle, por ejemplo.

Entre los estudiantes, que en su mayoría se maneja bien con la tecnología, las bibliotecas siguen resultando difíciles de sustituir:

- Mientras solo una cuarta parte de los menores de treinta años utiliza e-readers.
- Un sesenta por ciento de los jóvenes entre dieciséis y veintinueve años frecuenta las bibliotecas.

Nadie está dispuesto a renunciar al libro de papel
En el curso de un año:
- El diecisiete por ciento de los norteamericanos adultos había leído un libro electrónico.
- El once por ciento había escuchado un audio-libro.
- El setenta y dos por ciento había leído un libro impreso.
Por tanto ¿cuál de los dos formatos ganará la batalla? Ninguno. Ambos son estupendos por diferentes razones:
- Los libros impresos son mejores para leer con niños o para compartirlos con otras personas.
- Los libros electrónicos se consiguen con mayor rapidez, son estupendos para leer cuando se viaja y ofrecen una variedad de títulos muy grande y de fácil acceso.
- Ambos son una buena opción para leer en la cama

Conclusión: el tema central no debe ser si digital o impreso; lo incuestionable es que "nada puede contra un buen libro".

 
Recuperado de: http://www.lecturalab.org/story/Podrn-coexistir-las-bibliotecas-y-los-ebooks_4121
   




Centro de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación

REBIUN define un CRAI como un “entorno dinámico en el que se integran todos los recursos que dan soporte al aprendizaje y la investigación en la universidad.”

Se trata de un nuevo servicio gestionado desde la biblioteca universitaria, cuyos objetivos son ofrecer tanto a profesores, como a estudiantes e investigadores, un espacio abierto e informal con los recursos necesarios para favorecer un aprendizaje e investigación independientes e interactivos que complementen la actividad docente e investigadora. 

Esta adaptación espacial sigue diversos modelos, pudiendo presentarse como edificio independiente o integrado en la biblioteca universitaria. Los espacios deben ser abiertos y flexibles para motivar el aprendizaje y fomentar el trabajo en equipo, debiendo contar con aulas informáticas, salas de trabajo en grupo, cabinas individuales, aulas para la docencia, aulas de idiomas, zona de descanso y ocio, etc. 

Los servicios con los que cuenta un CRAI normalmente se clasifican en:
  • Servicios de información general y acogida (información institucional,…).
  • Servicios bibliotecarios (acceso al documento, información bibliográfica, formación de usuarios, etc.).
  • Servicios de apoyo al aprendizaje (asesoramiento permanente, laboratorios de idiomas, laboratorios multimedia, salas de presentación de trabajos, etc.).
  • Servicios de apoyo a la investigación (información sobre patentes y propiedad intelectual, repositorio institucional, etc.).
  • Servicios de apoyo a la docencia (gestión de contenidos, elaboración de materiales didácticos, etc.).
  • Servicios de ayuda en aplicaciones informáticas (diseño gráfico, soporte editorial, reproducción de documentos electrónicos, páginas web, etc.).
  • Servicios de formación de usuarios (ALFIN, manejo de bases de datos, formación en plataformas para la docencia, páginas web, etc.).

Los CRAI en España

El desarrollo del CRAI figura entre los objetivos del II Plan estratégico de REBIUN (2007-2010) en el ámbito del aprendizaje. 

Hasta el momento, el CRAI se ha implantado en España de forma integrada en la biblioteca universitaria y, esporádicamente, se presenta en edificios independientes (CRAI en el campus de Ca’l’arañó de la Universidad Pompeu i Fabra, “Factoría de recursos docentes” de la Universitat Politècnica de Catalunya, proyectos de la Universidad de Sevilla y de la Universidad Carlos III de Madrid).

Bibliografía básica

  • La biblioteca de la universidad: un servicio para todos / Margarita Taladriz Mas. En: Hacia un modelo interuniversitario: la Universidad Carlos III de Madrid. Madrid : Dykinson, 2004. 
 Recuperado de:
 Docupedia: Enciclopedia colaborativa sobre información y documentación, promovida por el Grupo ThinkEPI. http://docupedia.es/wiki/Centro_de_Recursos_para_el_Aprendizaje_y_la_Investigaci%C3%B3n

jueves, 30 de mayo de 2013

Hábitos de lectura en pantalla y bibliotecas en Argentina: un cruce todavía inexplorado e inesperado

El Consejo Nacional de Lectura realizó una "Encuesta Nacional sobre los hábitos de lectura de 2011” en Argentina. Los resultados se publicaron el año pasado con todas las pompas desde el gobierno nacional aunque los medios masivos de comunicación poca difusión le dieron a la misma. Desde ese entonces y ante el "jugoso" informe me han surgido varias reflexiones que me han llevado a preguntarme principalmente sobre el lugar que ocuparían las bibliotecas ante la lectura en digital y en pantalla en Argentina (aunque las reflexiones se podrían extrapolar a otras latitudes).

Esta encuesta se realizó entre octubre y noviembre de 2011. Fue la Universidad Nacional de Tres de Febrero el organismo que llevó adelante el trabajo de campo, a través de entrevistas domiciliarias y de aplicación personal; luego los datos fueron procesados por el Sistema de Información Cultural de la Argentina (SINCA) y el Consejo Nacional de Lectura a través de una comisión integrada por representantes de cada organismo se encargó de su análisis. 

Se diseñó una encuesta estratificada según las regiones del país: Área Metropolitana de Buenos Aires, NEA, NOA, Centro, Cuyo y Patagonia. El tamaño de la muestra fue de 3.568 casos efectivos, sobre un total de 3.600 casos planificados; considerando un nivel de confianza del 95,5% y un error de 1,63 a nivel nacional.

Reflexiones sobre conocimiento y concurrencia a la biblioteca

Comienzo por el final. Es el punto 6 donde se presenta una variable relacionada con las bibliotecas: Conocimiento y concurrencia a bibliotecas. Las bibliotecas son conocidas y son vistas como resguardo de la educación y la cultura.

Mi reflexión personal comienza con el título de este apartado ya que parece que las bibliotecas para los encuestados es un espacio de la cultura tradicional. La verdad que no es un gran descubrimiento del informe que la gente reconozcan que existan las bibliotecas. Además, que sean conocidas no quiere decir que sean visitadas. Por lo menos en el informe los que contestaron, en gran mayoría, parece que han visitado bibliotecas. Por otro lado, se menciona que son "vistas como resguardo de la educación y la cultura". Todavía perviven en el imaginario la visión clásica de la biblioteca en el sentido de "resguardo", como acciones relacionadas con la "custodia", la "guardia" del material, pero no con respecto a otra visión más moderna de difusión, espacio de construcción del conocimiento y el aprendizaje. Además, siempre vinculado a la educación y la cultura, y no referido al ámbito de la información, y ni siquiera del mundo digital. Por lo tanto, la biblioteca se visualiza como un espacio tradicional enfocado a una visión de hace décadas atrás. Esto demuestra que los bibliotecarios tenemos que trabajar por brindar otra realidad e imagen de las bibliotecas en  Argentina.

El siguiente cuadro muestra ahora sí resultados más detallados sobre la biblioteca que nos ayudarán a interpretar mejor mi reflexión anterior:

"Casi todos conocen alguna biblioteca. Unos cuantos fueron alguna vez". El 72 % respondieron que conoce la ubicación de alguna biblioteca y el 28 % no. En este caso nos encontramos con que la biblioteca es un lugar conocido. A pesar que en las preguntas de la encuesta se aclara como si "biblioteca escolar/popular" fueran lo mismo, opino que hubiese sido interesante indagar para otra oportunidad si son más conocidas las bibliotecas populares que las escolares, pero convengamos que la biblioteca escolar tiene a su usuario determinado por el acto escolar y sus instalaciones no son de acceso público y siempre acotado a su institución. 
Otro punto de los resultados es que dicen que el imaginario social es muy nítido: 24 % son resguardos de la lectura, la cultura 18 %, y la educación 12 %.  La visión de la biblioteca ligada al formato "libro" es muy fuerte, aunque me llama la atención que hay un 33 % que no se le ocurre o no contesta en vincular biblioteca a una palabra y hay otro 33 % que dieron diferentes tipos de nombres. El 12 % relacionó biblioteca con alumnos y educación, otra muestra que la biblioteca escolar y el impacto que tiene en la cultura bibliotecaria argentina. 

"Las bibliotecas son lugares conocidos". Mi reflexión de los resultados se profundiza con respecto al párrafo anterior. En el informe tanto las bibliotecas escolares como las populares son los tipos de bibliotecas más conocidas, mientras que concurren más a las escolares que a las públicas. Esto habla de la importancia de la biblioteca escolar y el trabajo de los bibliotecarios escolares principalmente y lo mucho por hacer por las bibliotecas y bibliotecarios de las populares. No acuerdo con la  diferenciación con otras bibliotecas estatales, ya que este tipo de bibliotecas no es muy difundido y conocido en Argentina y no sé a qué se refiere. La verdad que en nuestro ámbito se suelen conocer como bibliotecas públicas. Un dato que me llamó la atención es que el informe dice que el 30 % (?) los argentinos conocen la Biblioteca Nacional, en realidad a lo sumo sería el 30 % de los encuestados.  Quizás en lo anterior una redacción desafortunda puesto que me sorprende que la Biblioteca Nacional Argentina verdaderamente tenga tanta incidencia en la población. Por lo menos en los ámbitos educativos y sociales que me muevo pasa totalmente desapercibida. En esta lectura me quedan dudas.

Entonces en este apartado queda claro que la mayoría de los encuestados ven a la biblioteca vinculando con los libros, el resguardo de la lectura , la cultura y la educación. El mundo de la información y la lectura digital vinculados a la biblioteca no aparecen relacionados por lo menos en el imaginario de los enuestados argentinos. Queda mucho trabajo en Argentina para desde las bibliotecas reducir esta brecha digital de lectura y trabajar en activo en pos de ello. Es un cruce necesario, inexplorado y no imaginado, entre biblioteca, lectura digital en particular, y cultura digital, en general.

Reflexiones sobre hábitos de lectura en pantalla ¿y bibliotecas?

En este informe no se habla de lectura digital, como si lo más importante fuese el soporte y no el contenido. A mí en estos casos me parece más indicado hablar de lectura digital, puesto que habla de una disposición lectura y un habitus relacionado no solo con la "acción pasiva" de la lectura impresa sino que también en el mundo digital implica alguna actividad de producción de sentido. Hoy pregunto si se puede considerar lectura, leer en redes sociales, e incluso tuits y no solo acotarlo a documentos en pantalla. Incluso en esta investigación se deja de lado otras "pantallas" en plural ante la proliferación de dispositivos que se usan para la lectura: smartphone, tablets, netbooks, notebooks, etc. Esto es salvable puesto que el avance tecnológico sigue siendo muy rápido en pocos años.

En el glosario se aclara que se entiende a la  lectura en pantalla como "aquellas personas que leen 10 minutos seguidos y aunque sea de vez en cuando, textos de cualquier tipo de la pantalla de la PC". Como aclaré en el párrafo anterior, pienso ahora que por ejemplo las tablet recién se están empezando a expandir su uso en Argentina con la llegada de dispositivos de carácter de ensamblado nacional. Por eso creo que los resultados serían distintos en 2013 que en 2011 por el efecto de las políticas de alfabetización digital, del Plan Conectar Igualdad, entre otros.

Hay un dato que marca que la lectura en pantalla se incrementó considerablemente comparando desde el 2001 al 2011. Este dato corrobora lo anterior. Tanto el mercado y el Estado Nacional han sido protagonistas para profundizar esto. Pero el acceso a la tecnología no implica que la población esté alfabetizada digitalmente e informacionalmente, sobre este último aspecto conocemos bien los bibliotecarios y docentes pero gran parte de las bibliotecas de nuestro país no tienen programas de alfabetización informacional entre sus servicios (salvo una parte de las bibliotecas universitarias). Ya que esta notoria carencia muestra una inexistente política bibliotecaria de alfabetización digital e informacional a nivel nacional que quizás alguna vez se coordine y fuese liderada por los organismos bibliotecarios del Estado Nacional: CONABIP, Biblioteca Nacional de Maestros y Biblioteca Nacional, integrantes de este Consejo Nacional de Lectura. 

Encuentro un dato para las bibliotecas que me genera una lectura contradictoria. Depende cómo miremos esos datos. En "Cómo se consiguen los libros", a comparación del 2001, pocos encuestados en el 2011 dicen acceder a los libros desde las bibliotecas. La lectura del documento es optimista, puesto que interpreta este dato como que la población al estar mejor económicamente que en el 2011 que en el 2001, muestra una mejoría del país. Pero para mí esa lectura es terrible: se asocia el uso de libros de la biblioteca y sus servicios a la crisis económica de un país. Es decir, más crisis económica, más biblioteca. Y si supuestamente estamos mejor, ¿a qué se dedicarán las bibliotecas?. No me cierra la idea que no se concurre a bibliotecas porque no hay más crisis. Estos son datos que salieron de la encuesta y en definitiva, como lo vengo repitiendo a lo largo del texto, el gran trabajo por mejorar y posicionar a la bibliotecas en nuestra sociedad, brindando servicios más vinculados a los lectores y usuarios de esta era. ¿Tan desfasados estamos lo que nos desempañados en el ámbito bibliotecario con diferentes formas de lectura?. Los números para mí son más que preocupantes.

En cuanto a la lectura digital el dato más interesante es que "la lectura en pantalla amplía la cantidad de lectores, incluso en papel". Esto quiere decir que la lectura digital potencia cualquier tipo de lectura. Aquí no se tienen datos tampoco de otros datos que me gustaría indagar a mí, de cómo las redes sociales virtuales podría potenciar aún más lectura. ¿De qué manera las redes sociales socializan aún más que décadas anteriores el fenómeno de la lectura?. Es una pregunta que me hago que no tengo respuestas. Pero hoy, mayo de 2013, la lectura para mí está asociada en alguna medidad a las redes sociales. ¿Qué lugar ocupan las bibliotecas argentinas en las redes sociales?. ¿Promueven lecturas, encuentros de lectores, clubes de lectura virtuales en facebook, por ejemplo?. ¿Qué impacto tienen?. Y aún voy más allá. ¿En qué medida las bibliotecas en Argentina promueven la lectura en pantalla y en múltiples soportes?. ¿Por qué siguen ancladas al libro impreso?. Continúan mis dudas y me gustaría indagar en esta línea a lo largo de estos años.

En varios puntos referidos a los libros queda claro en las encuestas que los argentinos prefieren los libros impresos a los digitales. Muy pocos encuestados eligieron leer libros en pantalla. Esto sigue demostrando el "conservadurismo" de la lectura ante un soporte tradicional. Y repito, quizás en este año esos datos ya se estén modificando, así que tendremos que esperar varios años más para ver de qué manera el libro y la lectura digital y/o en pantalla se sigue expandiendo. Las bibliotecas de todo tipo tienen la oportunidad también de posicionarse ante el libro electrónico y digital. Esperemos que en este tiempo lo hagan.
Otro dato alentador para seguir trabajando desde las bibliotecas es que los sectores socioeconómicos bajos leen pocos libros, tanto en impreso como en pantalla. Y leen menos en pantalla. Aquí veo una falta de política nacional de bibliotecas a los bajos recursos de alfabetización digital desde las bibliotecas populares y escolares también. La lectura en pantalla debería ser un derecho para toda la población.
Intento concluyente

En definitiva, los encuestados argentinos, parece que leen pocos libros en pantalla. La lectura de libros todavía sigue estando anclada a lo impreso. Aunque para mi punto de vista, hoy la lectura digital supera la lectura "impresa". Quizás otras categorías de análisis puedan llevar a otros resultados. Considero que la lectura en pantalla es un hábito de lectura que debería trabajarse desde el Estado Nacional y sus organismos bibliotecarios. Pero para ello,  las bibliotecas y los bibliotecarios deberían actuar para establecer otros modelos más modernos de lectura en el siglo XXI y no quedarse en un modelo de lectura único y tradicional. Obviamente que lo digital no implica dejar de lado la lectura crítica y la lectura placentera.  La lectura enriquece más allá del soporte, por eso, también, es necesario profundizar una política de lectura digital hacia los sectores de bajos recursos, lo más relegados por lo visto en esta encuesta en materia de lectura digital y/o en pantalla. El que no tiene acceso al mundo digital y no está alfabetizado digital e informalmente es un desclasado digital, más allá de los dispositivos que posea. La oportunidad la tenemos las bibliotecas y los bibliotecarios de hacer un mundo mejor, a través de la lectura, sea digital o no.
¿Por qué no podemos vincular la lectura digital con las bibliotecas?. Para mí es una tarea urgente e imprescindible en este siglo, como tantas otras. No todo el mundo lo considera así. ¿Y a vos qué te parecen estos resultados?.

 https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=3588879440059097548#editor/target=post;postID=8758820416580107254

La conservación de datos en la era digital

En principio, la conservación de documentos debería ser parte obvia de un plan responsable de gestión de la información. Una vez se sabe lo que se quiere conservar, archivar de forma segura y destruir en línea con la legislación nacional, ¿qué más queda por hacer? La realidad no puede estar más lejos de la verdad.

Para empezar, Europa tiene infinidad de leyes para la conservación de documentos. Existen diferentes normativas para diferentes tipos de datos: desde unos pocos meses hasta 20 años o más. Estas leyes difieren de país a país y según los sectores y, para aumentar más la confusión, cambian continuamente.

Los documentos que se conservan durante demasiado tiempo corren el riesgo de vulnerar la privacidad y las leyes de protección de datos. Los que se destruyen demasiado pronto podrían contravenir la ley de prueba electrónica. Por lo tanto, no sorprende que el 35% de las medianas empresas en Europa haya optado por conservar todos sus documentos en papel y electrónicos, por si acaso.

En relación con los sectores, el 39% de las empresas de servicios financieros y el 45% de las empresas de producción e ingeniería conservan todo.

En ningún sitio es tan grande el impacto de esta confusión ni la preocupación tan evidente como en el caso de la comunicación digital: correos electrónicos, mensajes de texto y redes sociales. Al contrario de lo dicho anteriormente, cuando hablamos de la información en estos formatos, da la impresión de que muchas empresas sencillamente no los archivan.

Un reciente estudio del organismo de la industria de la información AIIM reveló que tres cuartas partes (el 73%) de las empresas no incluyen los correos electrónicos en sus políticas corporativas de conservación de la información y que la mayoría confía en los procesos manuales para borrarlos. En un 55% de las empresas se deja en manos de los empleados la decisión de guardar o borrar los correos electrónicos según su parecer. Esta estrategia descontrolada es especialmente arriesgada debido al creciente número de importantes denuncias que se han basado en la evidencia de correos electrónicos, por ejemplo.

Un problema adicional a la hora de implementar las estrategias de conservación de comunicaciones electrónicas, como es el caso de los e-mails, es que pueden existir múltiples copias en los ordenadores personales, móviles y portátiles, lo que puede hacer casi imposible rastrearlos y gestionarlos.

Y puede ser peor. ¿Qué debería hacer una empresa, por ejemplo, cuando la información que necesita estaba incluida en un SMS en un teléfono móvil que se borró cuando el empleado abandonó la empresa?

Para la gran mayoría de las compañías, la gestión de los contenidos en las redes sociales ni siquiera se contempla. El estudio de AIIM reveló que menos del 15% de las organizaciones incluyen los posts en las redes sociales en sus planes de conservación. Este error de no considerar a las redes sociales como archivos válidos de la empresa podría atribuirse a una serie de factores, entre ellos, una necesidad práctica de compensar el riesgo frente a los recursos. Para muchas empresas, sin embargo, el vertiginoso mundo de las redes sociales puede parecer sencillamente demasiado difícil de rastrear o capturar.

Sin embargo, un tercio de las empresas que tratan los posts en las redes sociales como archivos han terminado por necesitarlos. Un pequeño pero significativo 27% los ha usado para resolver quejas de clientes y un 17%, para acciones disciplinarias contra empleados, dos áreas de una importancia reputacional considerable.

Según AIIM, un tercio de las empresas no ha dado a nadie la responsabilidad global de la gestión del contenido en mensajería instantánea, móviles y redes sociales. Esta falta de propiedad sugiere que la situación va a empeorar en vez de mejorar, lo que resulta altamente preocupante en un entorno en el que cada vez hay más litigios con empresas y consumidores que entienden mejor y exigen sus derechos.

Es posible que estemos yendo directos a una tormenta perfecta, teniendo en cuenta que las empresas reciben cada vez más información, pero insisten en, bien acapararla, bien ignorarla, para no volverse locos con las complejas leyes de conservación, que además cambian constantemente.

El hecho de que es peligroso retener información durante mucho tiempo –por ejemplo, datos personales o solicitudes de empleo sin éxito– tanto como destruirla demasiado pronto –como es el caso de correos electrónicos que pueden ser necesarios para juicios o información relacionada con riesgos de salud– está agobiando claramente a las empresas.

Los organismos jurídicos y las compañías de gestión de la información tienen el deber de ayudar a las empresas a controlar toda su información y a desenvolverse correctamente en este entorno que evoluciona rápidamente. La línea entre el demasiado pronto y el demasiado tarde es muy fina y todos podemos guardar mejor el equilibrio si tenemos algo sólido a lo que agarrarnos.

Ignacio Chico

Director general de Iron Mountain España

 http://cincodias.com/cincodias/2013/05/28/empresas/1369770905_330476.html

miércoles, 22 de mayo de 2013

Biblioteca Pedro Mir realiza exhibición sobre la Republica de Ecuador


Por 
Manuel Morales Justo
Supervisor de Circulación
Biblioteca Pedro Mir., UASD

Con motivo de la celebración  de la XVI Feria Internacional del libro Santo Domingo 2013, la Biblioteca Pedro Mir está exhibiendo  en vitrinas en su primer  nivel del edificio las colecciones que tiene sobre la República de Ecuador. Esperamos que visiten la institución y así apreciar, su literatura, su arte, sus etnias y todo lo demás que pueda tener ese país que es el Centro del Universo.


BIBLIOGRAFÍA DE LIBROS SOBRE  LA REPUBLICA DEL ECUADOR
Aguirre, Enrique A. (1965). Cuentos españoles. México: Editorial Orión.

Barrera, Isaac J. (1956). Historia del Ecuador. México: Instituto Panamericano de Historia.

Bernal Ruiz, María del Pilar. (1979). La toma del puerto de Guayaquil en 1687.Seveilla: C.S.I.C.

Biblioteca ecuatoriana mínima. La colonia y la república. Puebla
México: Editorial J: M: Cajica.

Borrero C., Fabián. (2008). Ecuador: Colores de vida. Quito: Imprenta Mariscal.

Cárdenas espinosa. Eliecer. (1983). Háblanos, Bolívar. Cuenca: Universidad de Cuenca

Crónicas ecuatorianas. (1960). Quito: Editorial J : M: Cajica Jr.

Cuevas Tamariz y Moreno Heredia, Eugenio. (1969). Alfonso Moreno Mora y la generación decapitada. Quito: Universidad DE Ecuador.

Cuvi, Pablo. (2000). Historia gráfica del Ecuador. Quito: Ministerio de Cultura de Ecuador.

Gallegos Lara, Joaquín. (1979). Las cruces sobre el agua.La Habana: Cas de las Américas.

Gil Gilbert, Enrique. (1973) La sangre, las velas y el asfalto.Guayaquil: Casa de la Cultura Ecuatoriana

Historiadores y críticos literarios. (1960). Quito: Biblioteca ecuatoriana mínima.

Mecún, Kent B. (1975). El idealismo práctico de Vicente Rocafuerte.Puebla-México:

Montalvo, Juan.1977). Las catilinarias, el cosmopolita, el regenerador. Caracas: Biblioteca Ayacucho.

Montalvo, Juan. (¿1927?). Siete tratados. París: Casa Editora Garnier Hermanos.

Moreira, Darío. (1977). La política cultural en Ecuador. Madrid: UNESCO.

Olmedo, José de. (1945). Obras completas. Quito: Talleres Gráficos Nacionales.

Olmedo, José Joaquín. (1947). Poesías completas. México: Fondo de Cultura Económica.

Núñez Jiménez, Antonio. (1989). En canoa del Amazonas al Caribe. Quito: Grijalbo.

Vargas, José maría. (1956). Ecuador: Monumentos históricos y
Arqueológicos. México: Instituto Panamericano de Geografía e historia

Vargas, José maría. (1956). Misiones ecuatorianas en archivos europeos. México: Instituto Panamericano de Geografía e historia

Navarro, José Gabriel. (1962). La revolución de Quito del 10 de agosto de 1809. Quito: Plan piloto del Ecuador.

Publicaciones  de las  Naciones Unidas

Ecuador: Experiencia
Oficina Internacional del trabajo. Seguridad y salud en el trabajo de
Construcción: el caso de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú.

Publicaciones periódicas

Actualidad Latinoamericana

América indígena

América latina Hoy: Revista de ciencias sociales
Cuadernos de arte y poesía.

Humanistas: boletín ecuatoriano de antropología
Quórum

Revista dominicana de antropología  e historia-UASD
Xinesquema: Revista semestral

Tesis

Sepúlveda Medina, Julio César y Martínez Mezquita, Jenny. (2009). La cumbre de Río, recurso novedoso de soluciones de controversias en el hemisferio americano, caso Colombia-Ecuador 2008.Santo Domingo: UASD. (ST MA –DRI FCJ 2009)