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jueves, 30 de octubre de 2025

La Biblioteca escolar: más allá de los libros

Por Ivelisse Castillo Pascual

 

“Las bibliotecas escolares desempeñan hoy un papel fundamental en la formación integral de los estudiantes, como espacios donde la comunidad educativa se reúne, dialoga y construye conocimiento.”

 

Durante mucho tiempo, las bibliotecas fueron consideradas simples depósitos de libros: filas de estanterías, normas, silencio y un ambiente reservado a la investigación. Sin embargo, las bibliotecas escolares desempeñan hoy un papel fundamental en la formación integral de los estudiantes. Son espacios donde la comunidad educativa se reúne, dialoga y construye conocimiento, avanzando hacia un modelo más dinámico e inclusivo que apoya el proceso de enseñanza-aprendizaje.

 

Los centros educativos constituyen la base para la creación de bibliotecas escolares o, en su versión más moderna, los Centros de Recursos para el Aprendizaje y la Investigación (CRAI). Estos espacios poseen una identidad propia que fortalece el vínculo con la lectura y contribuye al desarrollo académico y personal de los jóvenes. Al tener un carácter educativo, la biblioteca puede moldear la relación del estudiante con la lectura y los libros, fomentando el pensamiento crítico y el aprendizaje autónomo.

 

El desarrollo de la biblioteca escolar debe involucrar tanto al Estado como a las instituciones educativas, considerando los recursos que por ley deben ser garantizados para su funcionamiento. Lamentablemente, en muchos casos el Estado no asume plenamente esa responsabilidad presupuestaria. Las bibliotecas, por su parte, deben regirse por las normas y políticas internacionales establecidas por organismos como la IFLA y la UNESCO.

 

El Manifiesto IFLA-UNESCO de la Biblioteca Escolar (2025), continuación del de 1999, reafirma el compromiso con la enseñanza y el aprendizaje para todos. Esta nueva edición refleja los profundos cambios ocurridos en la tecnología, la sociedad y la educación, convirtiéndose en una herramienta esencial para la promoción de bibliotecas escolares inclusivas y de calidad.

 

La importancia de la biblioteca escolar radica en su función como centro de acceso a la información y a las ideas, indispensables para fomentar la lectura, facilitar el aprendizaje y desarrollar habilidades de investigación.

 

Entre los principales desafíos que enfrentan las bibliotecas escolares se encuentran la falta de recursos financieros, la necesidad de actualización tecnológica, la escasa promoción de la lectura y la carencia de personal capacitado. La implementación de herramientas tecnológicas en la era digital avanza constantemente, y la sociedad se encuentra cada vez más inmersa en las redes. Por ello, las bibliotecas deben mantenerse a la vanguardia, acompañando a los estudiantes en los retos del mundo digital, donde la información y el conocimiento se encuentran al alcance de un clic.

 

Vivimos un tiempo de sobrecarga informativa. Desde la biblioteca escolar, debemos orientar a los jóvenes para que utilicen la tecnología de manera crítica, analítica y responsable. En lugar de percibirla como una amenaza, los maestros bibliotecarios debemos actualizarnos, integrando las herramientas tecnológicas a las actividades bibliotecarias. De este modo, enseñamos a los estudiantes a aprovecharlas con conciencia, sin olvidar que el libro físico sigue teniendo un valor insustituible.

 

“Desde la biblioteca escolar debemos orientar a los jóvenes para que utilicen la tecnología de manera crítica, analítica y responsable.”

 

Aprender a utilizar plataformas, herramientas y recursos digitales es esencial en un mundo que innova constantemente. Existen diversas estrategias para promover la lectura, como los clubes de lectura, que fomentan la discusión, el intercambio de ideas y las habilidades analíticas. También resultan valiosas las actividades interactivas, los juegos literarios, las dramatizaciones y los encuentros literarios, que estimulan el gusto por la lectura de forma creativa y participativa.

 

En conclusión, la biblioteca escolar es un pilar del proceso educativo. Su efectividad depende del equilibrio entre las actividades tradicionales y el uso adecuado de las herramientas tecnológicas. Si logramos combinar el acceso equitativo a la información, la calidad de los recursos y el pensamiento crítico, la biblioteca podrá convertirse en un espacio de aprendizaje integral que beneficie a las nuevas generaciones.

 

Un buen profesional de la bibliotecología debe asumir su rol como mediador del conocimiento y maestro, preparado para desenvolverse en un entorno en constante transformación, donde conviven los libros digitales, las nuevas tecnologías y las diversas formas de creación del saber.

 

“Si logramos combinar el acceso equitativo a la información, la calidad de los recursos y el pensamiento crítico, la biblioteca podrá convertirse en un espacio de aprendizaje integral que beneficie a las nuevas generaciones.”

 

La autora es estudiante de la Licenciatura en Educación, mención Bibliotecología, en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).




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