Internacionales
Por Francisco Herrera Severino
SAN JUAN (PUERTO RICO).- La visita a Libros Libres, en la Calle Loíza, esquina del Parque, San Juan, Puerto Rico, que realicé junto a mi hijo Frandy Leandro, fue una experiencia enriquecedora que refleja el poder de la comunidad. Este proyecto no solo promueve la lectura, sino que también se ha convertido en un espacio de encuentro y crecimiento para todos sus visitantes.
Libros Libres nació de la iniciativa de un grupo de voluntarios apasionados por la literatura y la educación. La premisa es sencilla pero poderosa: un espacio donde cualquiera puede tomar y dejar libros, sin costo alguno. Este modelo de intercambio ha permitido que personas de todas las edades accedan a la lectura, enriqueciendo sus vidas con nuevas historias y conocimientos.
Los libros son accesibles en la acera de la Calle Loíza y en otros lugares de gran circulación peatonal, como la Avenida Ponce de León #1404 en Santurce, cerca del Centro de Bellas Artes.
La verdadera magia de Libros Libres radica en su capacidad para reunir a la comunidad. En Loíza, un municipio conocido por su rica herencia afrocaribeña y sus vibrantes tradiciones culturales, este proyecto se ha convertido en un punto de convergencia para diversas actividades. Desde clubes de lectura y talleres de escritura hasta eventos de narración de cuentos para niños, Libros Libres ofrece un calendario lleno de actividades que fomentan la interacción y el aprendizaje.
La logística del proyecto consiste en que los residentes de cada barrio desarrollen un sentido de pertenencia hacia los anaqueles.
Libros Libres no es solo una biblioteca abierta. El espacio también sirve como un centro de recursos donde los visitantes pueden encontrar apoyo educativo y emocional. Talleres sobre habilidades prácticas, charlas motivacionales y sesiones de tutoría complementan su misión de empoderar a la comunidad.
El anaquel Libros Libres de la Calle Loíza es custodiado por Mariana Reyes Angleró, cuyo apartamento se encuentra a pocos metros, lo que facilita que se mantengan en orden.
El anaquel «Libros Libres» es parte de la proyección de la Calle Loíza como destino cultural. Los libros están colocados en estanterías hechas de guacales vacíos de refrescos y cervezas. Es un lugar con mucha actividad peatonal, pero la gente se detiene y revisa las estanterías.
Si escudriña el anaquel de Libros Libres, encontrará textos para niños, de historia, economía, artes culinarias, novelas, biblias, revistas y más.
Es importante leer la advertencia impresa en el anaquel:
«Para entregar libros, solo hay que dejarlos en las tablillas. No hay restricciones para el tipo de libros. Para llevarte uno, solo tienes que tomarlo. No es requisito dejar para tomar ni viceversa. No hay horario fijo. Los libros son libres las 24 horas del día. El énfasis es en la libertad de conocer a nuestros vecinos a través del compartir de la lectura».
El impacto de Libros Libres en Loíza ha sido significativo. En una región que ha enfrentado desafíos socioeconómicos, el acceso gratuito a los libros ha sido un faro de esperanza y oportunidad. Ha fomentado un sentido de pertenencia y orgullo comunitario, y ha inspirado a muchos a perseguir sus sueños educativos.
Entre las muchas historias que emergen de Libros Libres, se destacan aquellas de jóvenes que han encontrado inspiración y dirección a través de los libros. Muchos han descubierto nuevas pasiones y habilidades, llevándolos a explorar campos que antes parecían inalcanzables. Estos testimonios son un recordatorio del poder transformador de la lectura y la educación.
A medida que Libros Libres sigue creciendo, sus fundadores y voluntarios continúan innovando y buscando formas de expandir su impacto. Con planes para establecer más puntos de intercambio de libros en otras partes de Loíza y programas de alcance a comunidades más alejadas, el futuro de Libros Libres se vislumbra prometedor.
Proyectos como Libros Libres deben ser emulados en Santo Domingo y otras provincias de la República Dominicana. Sugiero las estaciones del metro y teleférico, los parques en los pueblos, en los barrios, hospitales o cualquier lugar que se considere de interés para los usuarios o determinada comunidad.
Visitar Libros Libres en Loíza es más que un simple acto de tomar o dejar un libro; es una experiencia que refleja el poder de la comunidad y la cultura en la promoción de la educación y el bienestar. Este oasis de conocimiento y solidaridad en el corazón de Loíza sigue siendo un ejemplo inspirador de lo que se puede lograr cuando la gente se une con un propósito común.
Si alguna vez se encuentran en Loíza, no duden en visitar Libros Libres. No solo se llevarán un buen libro, sino también un pedacito del alma vibrante y acogedora de esta maravillosa comunidad puertorriqueña.
Este artículo es parte
del recorrido realizado por Frandy Leandro y Francisco Herrera Severino,
quienes exploran diversas bibliotecas, librerías, centros de recursos para el
aprendizaje y la investigación, y otros centros de información de Puerto Rico.
A través de sus visitas, destacan el valioso papel que estas instituciones
juegan en la educación y la cultura de la isla.
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