Por Jordania Rodríguez
Muchas instituciones para poder cumplir su misión y brindar los servicios para el cual fueron creadas necesitan de El Estado, como es el caso de las Bibliotecas Públicas, las cuales dependen totalmente del gobierno. Actualmente se asumen como uno de los más importantes centros culturales para el avance positivo de la sociedad, el ciudadano y porque no, de la misma democracia de un país.
En el artículo "Sin Bibliotecas no hay
democracia", de la autoría de la bibliotecaria y maestra Teresa Peralta
Checo, destaca: “que las bibliotecas disminuyen desigualdades en cuanto al
acceso a la cultura y a la educación’’.
Considero totalmente acertado este comentario, pues
estas unidades de información ayudan a mantener a los ciudadanos capacitados,
conscientes de sus raíces y esos lazos culturales que existen con las demás
culturas, disminuyendo el analfabetismo, proporcionando un nivel de
conocimientos en cada individuo, para que sea capaz de salir de la ignorancia
en la que muchas veces se encuentran sumergidos por no tener acceso a la
información.
El conocido clérigo e intelectual Jacques-Bénigne
Lignel Bossuet, en una de sus frases hace mención respecto a este tema y dice:
‘’En Egipto se llamaban a las Bibliotecas el tesoro de los remedios del alma.
En efecto, curaba la ignorancia, la más peligrosa de las enfermedades y el
origen de todas las demás’’.
Ahora bien, este es un tema que genera muchas
interrogantes, pues ¿Cómo
podemos entender que el Estado y sus gobernantes aun conociendo los beneficios
que conlleva la inversión en las Bibliotecas, dejen este proyecto en el olvido?
¿será que para ellos es conveniente tener a la población sumergida en la
ignorancia? ¿Por qué buscan soluciones para erradicar la pobreza y los bajos
niveles en la educación, si saben que su arma principal ametrallaría estas
problemáticas que parecen eternas?
Son cuestionamientos que a menudo nos hacemos
aquellos que entendemos el valor que tienen las unidades de información,
siempre reflexionando sobre cómo estas contribuyen a darles visión a toda una
nación que vive a ciegas, por la falta de conocimientos, tanto de sus derechos
como de sus deberes, factores estos que le impiden salir de situaciones
agobiantes que los sacuden.
Estamos convencidos de que no debemos rendirnos, más
bien seguir a unánime voz, pidiendo a gritos si fuese necesario, hasta que
logremos hacer entrar en razón el Estado y sus gobernantes, de la necesidad que
existe de que se invierta en las Bibliotecas, para fomentar la lectura y
ampliar la cultura, a fin de que sus ciudadanos puedan acceder al conocimiento
y al uso de la tecnología, cerrando de esta manera la brecha que hay entre la
ignorancia y la educación.
La autora es estudiante de la Carrera Licenciatura en Educación mención Bibliotecología. Escuela de Bibliotecología, Tecnología e Innovaciones Educativas. Facultad de Ciencias de la Educción, UASD.
No hay comentarios:
Publicar un comentario