Su vida está íntimamente ligada a la historia misma de la Biblioteca de la Universidad Central del Este
Serie: Bibliotecarios Destacados
Por Francisco Herrera Severino
Resumen
Francia Díaz González, bibliotecaria y educadora, celebra 45 años de servicio ininterrumpido en la Biblioteca de la Universidad Central del Este (UCE). Nacida en Paso Caribe, Hato Mayor, y establecida desde su adolescencia en San Pedro de Macorís, ha sido una figura clave en la evolución de la biblioteca universitaria desde sus inicios en 1980. Su sólida formación incluye una licenciatura en Letras, una maestría en Ciencias de la Información y una amplia trayectoria en cursos especializados en procesamiento técnico y formación de usuarios. Desde su rol como encargada del Departamento de Procesos Técnicos, ha liderado importantes iniciativas de organización de los recursos de información, al tiempo que ha formado y acompañado a nuevas generaciones de bibliotecarios.
Cuando se habla de vocación y entrega en el ámbito bibliotecario universitario, pocos nombres resuenan con la fuerza y el respeto que inspira Francia Díaz González. Su historia, tejida con pasión, sabiduría y constancia a lo largo de más de cuatro décadas, es testimonio de una vida dedicada al servicio, a la organización del conocimiento y al fortalecimiento de la identidad académica de la biblioteca de la UCE.
Palabras clave: vocación, transformación, servicio, legado
Introducción
En un mundo marcado por los cambios vertiginosos de la tecnología y el conocimiento, pocas trayectorias profesionales logran mantenerse firmes, coherentes y profundamente humanas como la de Francia Díaz González, sostenida a lo largo de casi medio siglo. Su vida está íntimamente ligada a la historia misma de la Biblioteca de la Universidad Central del Este (UCE), a la que ha dedicado 45 años de servicio ininterrumpido, dejando una huella invaluable en su transformación, organización y proyección. Esta semblanza es un reconocimiento a su legado y una celebración de su compromiso con la educación, la cultura y el desarrollo institucional.
Infancia sencilla, sueños grandes
Francia nació en un rincón tranquilo del municipio de Hato Mayor, llamado Paso Caribe. Allí, en un ambiente rural, humilde y sereno, vivió sus primeros años rodeada del cariño de sus padres y hermanos. Su madre, ejemplo de fortaleza y trabajo incansable, y su padre, comerciante ambulante y amante de la guitarra, formaron un hogar cimentado en los valores del esfuerzo, la honestidad y la educación como vía de superación.
A los 12 años, su familia emigró a San Pedro de Macorís en busca de mejores oportunidades educativas, ya que en la escuela del paraje solo se impartía hasta el sexto grado. Este cambio le abrió las puertas a su formación académica y marcó el inicio del camino que la llevaría a convertirse en uno de los pilares de la Biblioteca UCE.
Descubrimiento de la bibliotecología y formación académica
La vocación por la bibliotecología no llegó como una elección repentina, sino como un proceso orgánico, alimentado por la curiosidad, la disciplina y el contacto temprano con el mundo de la información. Francia se introdujo en el campo a través de cursos impartidos por ONAP, donde recibió formación en técnicas de archivo, televisión educativa, informática y procesamiento de datos.
Fue en la Biblioteca Nacional donde se afianzó su pasión por la bibliotecología. Allí realizó prácticas durante un año en áreas como la Hemeroteca, guiada por la bibliotecóloga Isabel Beltré, quien la instruyó con dedicación. Luego pasó por Circulación, Procesos Técnicos y otras áreas, absorbiendo cada aprendizaje con entusiasmo creciente.
Su formación formal incluye una Licenciatura en Educación, mención Letras, por la UCE (1983-1987); una Maestría en Ciencias de la Información en las Organizaciones (2010), cursada en la Universidad Abierta para Adultos (UAPA), en colaboración con la Universidad de Murcia (España) y la Universidad de La Habana (Cuba); y un Diplomado en Psicología. Además, ha realizado cursos avanzados en catalogación, clasificación y uso de tecnologías de la información aplicadas a bibliotecas, incluyendo formación en MARC21, RDA y la Clasificación Dewey.
Una vida dedicada a la Biblioteca UCE
El 4 de marzo de 1980, Francia fue seleccionada para integrarse a la naciente Biblioteca de la Universidad Central del Este. En aquel momento, el edificio era nuevo, y junto a cinco compañeros, organizó desde cero los libros y servicios, clasificando, procesando y atendiendo al público.
Su carrera dentro de la institución ha sido tan extensa como sólida: inició como Auxiliar de Biblioteca (1980-1994), fue directora Interina (1995-1998), Clasificadora (1998-2010), y desde 2011 hasta la fecha se desempeña como Encargada del Departamento de Procesos Técnicos. Ha estado al frente de la biblioteca en momentos críticos, incluyendo el difícil periodo de la pandemia (2020-2024), donde sostuvo las operaciones casi en solitario, adaptándose a entornos virtuales y herramientas tecnológicas con admirable entrega.
Además de sus labores técnicas, Francia ha liderado la formación de nuevos bibliotecarios, impartiendo cursos de clasificación a personal interno y externo, así como sesiones de inducción a estudiantes y profesores sobre el uso de recursos digitales en hospitales y centros de internado médico.
Mentores y transformaciones institucionales
En su trayectoria, dos figuras han sido claves en su desarrollo: doña Verónica Regus y el señor Alexander Cañas Ramos. Ambos le ofrecieron oportunidades, guía y formación, y marcaron profundamente su crecimiento humano y profesional.
En estos 45 años, Francia ha sido testigo y protagonista de grandes cambios en la Biblioteca UCE: la transición del trabajo manual a los sistemas automatizados, la digitalización de catálogos y colecciones, y el paso de una biblioteca tradicional a un entorno cada vez más híbrido y tecnológico. Para ella, uno de los mayores desafíos fue la adaptación abrupta que impuso la pandemia, que exigió aprendizaje acelerado y una readaptación total para mantener el servicio bibliotecario activo.
Estilo de trabajo y visión del servicio
Su sello personal está definido por el trabajo en equipo, la mente positiva y el compromiso con la excelencia. Considera que, aun con todos los avances tecnológicos, lo esencial sigue siendo la actitud: escuchar, orientar y acompañar al usuario en su proceso de búsqueda y aprendizaje.
Ese enfoque ha sido constante en su labor diaria: brindar un servicio de calidad, ayudar a otros a crecer y mantener la biblioteca como un espacio vivo, útil y cercano a la comunidad universitaria.
Legado y aportes
Francia no solo ha destacado por su excelencia técnica, sino por el profundo impacto humano que ha dejado a lo largo de su carrera. Ha formado a numerosos bibliotecarios, compartiendo generosamente su experiencia y conocimientos. Uno de sus anhelos es ver concluido el proceso de digitalización de todas las tesis producidas en la UCE, desde sus orígenes hasta hoy, para facilitar su consulta en línea y preservar la memoria académica de la universidad.
Testimonios de colegas, compañero y familia: ecos de una vida dedicada
Uno de sus compañeros más cercanos, Ariel Crispín, quien ha compartido casi dos décadas de trabajo junto a ella en la Biblioteca UCE, recuerda con especial cariño:
“Doña Francia, en los casi 19 años que llevo conociéndola, ha sido como una madre para mí: siempre atenta y presente. He aprendido de ella muchas cosas valiosas, tanto en lo laboral como en lo personal. Tiene una frase que aplico a diario en mi vida: ‘La defensa es permitida’.
Recuerdo una anécdota con mucho cariño, porque me dejó una gran lección. En una ocasión, una persona se me acercó para pedirme ayuda con un problema. Intenté colaborar con la mejor intención, pero las cosas no salieron como esperábamos. Entonces, doña Francia me llamó la atención con respeto y me dijo: “Ariel, entiendo que quieras ayudar y que confíen en ti, pero en estos casos lo mejor es remitir la situación al director.”
Ese consejo, dado con firmeza y amabilidad, me ha acompañado desde entonces. Por su forma de guiar, siempre con humanidad y sabiduría, le tengo un profundo aprecio.”
Por su parte, el Lic. José Cañas, quien fue director de la Biblioteca UCE, destaca su incansable apoyo y calidez humana:
“La licenciada Francia Díaz es, sin duda, la persona más indicada para servir de apoyo a cualquier director. Su actitud colaboradora es tan genuina que uno realmente siente su respaldo en todo momento.
Aunque no recuerdo anécdotas específicas, nunca se me olvida cómo ella celebraba las historias que suelo contar cuando me toca hablar en público, especialmente aquellas que provocan risas. Siempre decía, entre risas, que a mí nunca me falta ‘el chistecito a boca de jarro’ para animar a la audiencia. Esa forma suya de celebrar y motivar al otro es realmente valiosa.
Recuerdo con claridad que impartí un curso de Referencia en INTEC, y allí estaban ella y Teresa, otra exempleada de la Biblioteca de la UCE. Cuando llegué a la UCE en el año 2000, ambas, que eran alumnas en ese momento, me recibieron con mucho entusiasmo. Desde entonces, impartí cursos en la Biblioteca de esa universidad y participamos juntos en numerosas reuniones, en las que siempre conté con su presencia y apoyo.
Durante toda mi trayectoria como director de la Biblioteca de la UCE, recibí de Francia Díaz una ayuda desinteresada y constante, que fue clave para el desarrollo de mi trabajo.”
Otra voz cercana es la de Elizabeth Vásquez, profesora y servidora uceana, quien resume su experiencia con Francia en pocas pero significativas palabras:
“Sinónimo de amor, servicio y compañerismo, doña Francia ha logrado que cada persona que visita la biblioteca de la Universidad Central del Este se lleve la mejor impresión: un servicio excepcional y una entrega genuina. Su delicadeza al tratar a los demás es verdaderamente admirable.
Siento profunda gratitud, admiración y respeto hacia su persona. Desde mis inicios en la Universidad, he tenido el privilegio de contar con su apoyo y colaboración. Es una mujer que impacta e inspira. Definitivamente, el alma de la biblioteca tiene nombre, y ese nombre es doña Francia.”
Finalmente, desde la intimidad del hogar, su hija Paola Yi Díaz expresa con profunda emoción lo que ha significado Francia en su vida personal y profesional:
“Para mí es más que un honor, en este día, reconocer la trayectoria de la licenciada Francia Díaz, mi madre. Más que un ejemplo a seguir, ha sido mi mayor inspiración, quien me ha guiado y orientado en el camino para convertirme en la mujer que soy hoy. Gracias a ella he crecido con valores, educación, responsabilidad, aprendiendo a hacer las cosas con excelencia, no para agradar al hombre, sino para glorificar al Señor Jesucristo.
Estos 45 años hablan por sí solos, reflejando su entrega, ética, compromiso y dedicación. Pero, por encima de todo, resalto su gratitud, siempre poniendo a Dios en primer lugar y valorando profundamente la oportunidad de servir en esta institución. Su trayectoria profesional para mí es muy admirable, pero su legado como madre es el que más me enorgullece.”
Reconocimientos y participación profesional
Francia ha representado la bibliotecología dominicana en diversos foros internacionales:
VI Encuentro Internacional de Catalogadores, Universidad de Costa Rica, 2010
· XL Conferencia Anual de Acuril, Santo Domingo, 2010
V Encuentro Internacional de Catalogadores, Santo Domingo, 2009
ACURIL XXVI (San Martín, 1996) y XXVII (Santo Domingo, 1997)
En 1990 recibió una placa por sus 10 años de servicio, su primer reconocimiento público.
Visión de futuro y mensaje a las nuevas generaciones
Francia reconoce que el rol social de la biblioteca ha cambiado radicalmente. Hoy, más que un repositorio físico, es un mundo dinámico de acceso al conocimiento. Este cambio ha exigido nuevas competencias, versatilidad y apertura a la innovación.
Aun así, su pasión permanece intacta, especialmente por los Procesos Técnicos: clasificación, organización y gestión del conocimiento, un campo vital para cualquier biblioteca moderna.
Su consejo a las nuevas generaciones:
“Capacítense constantemente, abracen los cambios, manténganse al día con las nuevas tecnologías y, sobre todo, nunca olviden que el corazón del trabajo bibliotecario es servir con vocación y calidad.”
Conclusión
La historia de Francia Díaz González es mucho más que una hoja de servicio: es una historia de vida dedicada a una causa noble. A lo largo de 45 años, ha sido testigo y protagonista de la evolución bibliotecaria de la UCE y del país. Su legado vive no solo en los sistemas que ayudó a construir o en los libros que organizó, sino en cada estudiante que encontró orientación, en cada colega que aprendió de ella y en cada usuario que halló lo que buscaba gracias a su trabajo silencioso y eficaz.
Hoy,
más que celebrar su permanencia, celebramos su ejemplo.
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