Traductor

miércoles, 16 de abril de 2025

La sociedad de la información y del conocimiento 1

 Artículo de Opinión 1


 Por Ivelisse Castillo pascual


El acceso masivo a la información también tiene su lado negativo. La sobre carga informativa puede generar confusión y en muchas ocasiones, las personas tienen dificultades para diferenciar entre fuentes confiables y noticias falsas.

La desinformación se ha convertido en un problema mundial, afectando muchas veces la toma de decisiones en diversos ámbitos, desde la política hasta la salud pública.

Según Castells, Manuel (2018), el acceso masivo analiza cómo la desinformación digital afecta la política, la opinión pública y la democracia en la sociedad de la información. Wardle, y Derakhshan (2017), plantean una tipología clara entre desinformación errónea y malinformación, destacando los riesgos en la era digital. 

Ante este desafío, es fundamental fomentar el pensamiento crítico y la alfabetización informacional. La educación desempeña un papel clave en enseñar a las personas a evaluar la veracidad de las fuentes, comprobar información y desarrollar habilidades para discernir entre hechos y opiniones.

Solo a través de una formación adecuada se podrá combatir la desinformación y aprovechar de manera responsable el acceso masivo al conocimiento.

Uno de los desafíos Importantes es la simpleza del conocimiento; sabemos que la información está disponible en grandes cantidades, siempre se investiga sobre ella. Las redes sociales han fomentado el consumo rápido de datos a través de títulos llamativos y videos cortos, que se utilizan en marketing como un recurso Para captar y reducir la capacidad de análisis con criterio de la sociedad.

Por otro lado, la llamada brecha digital sigue siendo una realidad preocupante. No todas las personas tienen acceso a dispositivos electrónicos o a una conexión estable a internet, lo que genera desigualdades en la sociedad, en la educación y el empleo. Esta desigualdad tecnológica también afecta el desarrollo de habilidades digitales, que son cada vez más necesarias en el mercado laboral actual. Las personas que carecen de acceso a estas herramientas se ven limitadas en su capacidad para acceder a cursos en línea, obtener información actualizada o incluso participar en procesos laborales que requieren conocimientos tecnológicos básicos.

En el ámbito laboral, la digitalización ha transformado el mercado de trabajo.

Las implicaciones para los trabajadores son evidentes: enfrentan la pérdida de empleos tradicionales o la necesidad de adaptarse a nuevas funciones. Esto afecta a conductores y transportistas, profesionales de atención al cliente y ventas, así como a empleados del sector financiero y bancario.

Estos sectores están atravesando una reconfiguración en los diferentes mercados laborales, y los empleados deberán ajustarse a un entorno donde las habilidades tecnológicas y la capacidad para interactuar con sistemas automatizados son fundamentales. Estos cambios, ya sean pequeños o grandes, aportan beneficios importantes: permiten aumentar la productividad de manera más rápida y precisa, reducen los tiempos de inactividad, minimizan los errores humanos, disminuyen la fatiga y mejoran la calidad de los productos y servicios.

Considero que un buen profesional de la bibliotecología, en la actualidad, debe comprender y valorar los aportes de estas nuevas sociedades tecnológicas. Además, debe actuar con ética en el uso de los recursos, reconocer la importancia de la sociedad de la información y la sociedad informacional, adaptarse a los avances tecnológicos y contribuir a la preservación del conocimiento para las futuras generaciones.

En conclusión, la información y el conocimiento son herramientas poderosas que pueden impulsar el desarrollo de la humanidad. No obstante, su buen uso dependerá de nuestra capacidad para gestionarlas de manera ética y responsable. Si logramos equilibrar calidad, acceso y pensamiento crítico, podremos aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece la era digital en beneficio de toda la sociedad. Este nuevo entorno exige una adaptación constante para garantizar un acceso equitativo y un uso sostenido de la información.

La autora es estudiante de la Licenciatura en Educación, mención Bibliotecología, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).


No hay comentarios:

Publicar un comentario